<$BlogRSDURL$>

lunes, 28 de septiembre de 2009

un nuevo capítulo 

playa

sábado, 17 de enero de 2009

2ª temporada 

Photobucket

sábado, 27 de septiembre de 2008

capítulo 38 

Photobucket

domingo, 24 de agosto de 2008

capítulo 37 

Photobucket

sábado, 26 de julio de 2008

lapsus 8 

Photobucket

Durante toda mi adolescencia estuve trabajando en el negocio familiar. Y lo odiaba.
A mis quince años cobraba 24.000 pts repartidas en cuatro pagas semanales de 6.000, lo cual no estaba nada mal, teniendo en cuenta que corría el año 85 y que mis amigos, la mayoría estudiantes, solo disponían de unas 500 pts cada semana. Lo que me convertía en el multimillonario de la pandilla y me permitía poder ser generoso y caprichoso a la vez.
En aquella época me enamoré hasta las trancas de una muchacha algo mayor que yo que vivía en la ciudad, de manera que cada sábado a mediodía me subía al autobús y luego caminaba hasta la Torre del Oro donde ella me esperaba tan ansiosa como yo.
Como he dicho, eran los 80, y mi aspecto no podía ser más llamativo. ¿os acordais de Robert Smith, el de los Cure? Bueno, pues más o menos, pero sin la cara pintada de blanco, era yo. Hoy parece una simpleza, pero en aquellos años, en un pueblo donde todos vestían de Levi´s y Lacoste, aquello era todo un acto revolucionario.
Uno de aquellos sábados yo subí de nuevo a ese autobús, con mi pelo caldado, mi largo guardapolvo negro, y unas botas militares enfundadas sobre un pantalón de cuero precintado por dos o tres cinturones con remaches. La gente me miraba con precaución, unos asustados y otros escandalizados. Pagué el pasaje con un billete de 2.000 pts, pues no tenía nada más pequeño, y el conductor me devolvió el cambio de un billete de 500.
Me quedé esperando el resto, hasta que el tipo me miró y me dijo que no entorpeciera la puerta y avanzara hasta la parte de atrás. Le expliqué el error y él negó haberse equivocado, aseguró que le había dado 500 pts, incluso una señora sentada detrás le apoyó. Sentí una furia inmensa, la gente murmuraba, y era evidente que ante todos yo era el malo. Seguramente pensaban que era un drogata intentando estafar al pobrecito conductor. Después de mucho porfiar, me dijo que una vez llegados a la estación de Sevilla, contaría los billetes vendidos y lo compararía con el dinero, de esa manera se sabría si había o no engaño.
Acepté, claro, que podía hacer si no?. Me pasé los 45 minutos del viaje odiando al tipo en cuestión y a la mayoría de los viajeros, que no dejaban de murmurar descaradamente sobre lo siniestro de mi aspecto y mis claras intenciones.
Una vez llegados a destino esperé que bajaran todos y me dirigí al chófer, que me explicó que aun tardarían un par de horas en hacer el recuento. Lo miré atravesándole. Mi chica me esperaba en nuestro lugar de encuentro, y entonces no había móviles como ahora para poder llamarla.
-Espero que cuando te gastes mi dinero en unas cervezas, brindes por mí. Y también espero que te atragantes.
Me dí media vuelta y me largué de allí, ignorando sus amenazas.
Aquella tarde estaba tan frustrado que no disfruté de mi grata compañía. No era cuestión de dinero, sino de orgullo.
Cuando esperaba en la estación al dia siguiente, un tipo con camisa azul se acercó hacia mí, y me preguntó si era yo el de las 2.000 pts. Dije que sí y me pidió que le acompañara a una oficina. Una vez allí me entregaron un sobre con el resto de mi dinero. Ni hubo disculpas ni nada. Solo un
-“esto es para usted, y la próxima vez pague con un billete más pequeño”.

martes, 1 de julio de 2008

capítulo 36 

Photobucket

lunes, 9 de junio de 2008

capítulo 35 

Photobucket

This page is powered by Blogger. Isn't yours?

Weblog Commenting by HaloScan.com