-hola.
-hola.
-te quiero, pero… es un secreto.
-te quiero, pero… no se lo digas a nadie.
-te quiero.
-…ahora no puedo quererte.
-¿no me quieres?
-sí. Te quiero, pero ahora no es posible.
-te quiero.
-adiós.. yo tambien te quiero.
-¿por qué no te quedas?
-.. porque estoy con alguien, ya lo sabías.
-te quiero…
-…
-te quiero…
-…
( Y ASÍ CONSECUTIVAMENTE )

Hace algún tiempo, un amigo me contaba que se había enamorado.
Le pregunté sobre que circunstancias habían hecho que experimentase tal sentimiento hacia una persona que no era más que casi una absoluta desconocida, y él respondió que era la mujer más dulce que había conocido jamás. No era una gran explicación, pero en pocas semanas, aquella mujer se había convertido en su centro del universo. Parecían felices, pero al cabo de dos años, él se quejaba de lo diferentes que eran en cuanto a gustos sociales, culturales.. incluso sexuales, lo que hizo que al poco tiempo, aquella mujer dulce, le amargara la vida.
Nunca he entendido muy bien porque nos enamoramos, ni que hace que vivamos un flechazo... es evidente que nos dejamos llevar por el instinto, la belleza, o el deseo.. incluso en ocasiones, la necesidad.
Yo me he enamorado muchas veces. Unas más que otras, y nunca ha sido para siempre. Y creedme, lo he intentado.
Una vez lei, creo que fue en la novela COMO AGUA PARA CHOCOLATE, que la protagonista decía que sería incapaz de enamorarse de un hombre al que no le gustara comer vísceras. ( Esto es higaditos de pollo, callos a la madrileña, orejas y manitas de cerdo, lengua y corazón de ternera,... y todo a lo que a la casquería se refiera.) Y eso me hizo pensar que hay un grupo de cosas que determinan nuestras experiencias, y que sería importante conocer de la otra persona antes de decidir que definitivamente será tu pareja de por vida.
Deberíamos compartir, por ejemplo.:
-La comida y la bebida que más nos gustase a ambos. Yo degustaría la suya y ella la mía, intercambiaríamos cucharadas de amor y saborearíamos nuestras lenguas para saber si conectamos gastronómicamente..
-La canción preferida de cada uno. Deberíamos cerrar los ojos y escucharla hasta comprender su significado. Hasta aprender a tararearla. A recitar la letra, y vibrar con ella.
-El libro preferido. Leerlo y sentirlo. Entenderlo. Comentarlo y descubrir que pasajes y personajes son sus preferidos, y cuales los tuyos..
-La película perfecta. Buscar esos momentos de los que tu pareja disfrutó al verlos. En los que rio o lloró. En los que se excitó, o en los que se emocionó... y por supuesto, encontralos, y coincidir.
-El viaje. Visitar por tu cuenta los sitios que hechizaron al otro. Fotografiar las cosas que crees que le gustaron, y que te gustan, y redescubrirlas.
-El sexo. Practicar lo que nunca te atreviste con otros, pero que siempre te sedujo. Romper los tabúes y sincerarte. Dejarte hacer, y hacerle. Llegar al final con una sonrisa en el alma.
-Los hobbies. Intentar apreciarlos aunque no los compartas. Describirlos, informarte, entender su euforia.
-Los ideales. Respetarlos y estudiarlos. Discutirlos, exponerlos y admirarte.
Y esto es solo un pequeño breviario de todo lo que nos hace diferentes, y es a la vez lo que determinará, probablemente, el futuro de nuestra relación...
Aunque claro, aun a sabiendas de lo que nos diferencia y nos distancia, como resistirse a la mirada que tambaleará tu corazón?.